jueves, 4 de junio de 2009

El eje del mal

Es una foto que ha pasado inadvertida (no desapercibida, por favor, que eso es digno de "arriba la Esteban") para el 99,9 por ciento de los medios mundiales, pero hay que estar en todo. El miércoles 27 de mayo, en el Olímpico de Roma, coincidieron en el palco de autoridades del recinto romano Ramón Calderón y Roman Abramovich, ambos presenciando la final de Champions, el magnate ruso acompañado de su actual pareja, Daria Zhukova.

No, no es el Eje del Mal, aunque desde hace unos días lo parezca. No son Mahmud Ahmadineyad y Kim Jong II. Ni mucho menos. Calderón y Abramovich no intercambiaron palabra porque nunca lo han hecho. El ex presidente será un delincuente, un ex okupa, un manipulador de elecciones y Asambleas, un tramposo y el primo trilero de Juan Tamariz, pero es más inocente que las trenzas de Pipi Calzaslargas. Seguramente porque no da más de sí, cosa que además sabe perfectamente. Pero no estamos hablando de calderetas, afortunadamente, sino del Chelsea.

Y es que en estos últimos días, justo desde la presentación de Florentino, al día siguiente de que fuera tomada esa imagen en el palco del Olímpico, se ha comenzado a urdir en algunos medios una presunta conspiración judeo-masónica-siberiana según la cual Abramovich estaría furioso porque el Madrid vendió a Robinho al City y ahora quiere torpedear todos los fichajes del club. Un absurdo y un sinsentido.

Es más, es simplemente una manipulación, burda y tosca. Que algunos se tragarán, porque el fútbol en España es, que nadie lo olvide, pan y circo. Y más necesario que nunca con la que está cayendo, donde no hay brotes verdes ni en las bolsas de Florette. Pero aunque algunos se lo crean no deja de ser una manipulación, consciente o no, que en eso no voy a entrar.

Lo fundamental es partir de una base. ¿Cuántos jugadores deseables hay en el mundo para formar un proyecto ganador sin irse a pagar más de 60 ó 70 millones de euros por cada uno de ellos y que pueda salir de su actual club? Kaká, Ribéry, Villa, Silva, Ibrahimovic, De Rossi, Benzema, Toulalan, Xabi Alonso, Cesc... y poco más. El Madrid necesita hacer uno de esos proyectos. El Chelsea, otro. Y el Milan, y el Bayern. Al menos cuatro gallos en un corral con demasiadas pocas gallinas.

Así que lo normal es que los intereses choquen, que todos busquen a Brad Pitt para protagonizar la película, con independencia de que los actores secundarios sean distintos para cada superproducción, que diría Valdano. Y no todos lo conseguirán.

Que el Chelsea se interese por Kaká no es nuevo, ya lo intentó en 2006, y a nadie debería sorprenderle que con Ancelotti ese interés haya resucitado. Igual que David Villa ha sido objetivo de los Blues desde hace tres temporadas, si la memoria no me falla. Ribéry tuvo varias novias antes de irse al Bayern, entre ellas el Milan... y así podríamos seguir con todos los de la lista.

¿Y por qué de repente esa teoría de la conspiración? Porque a la Prensa deportiva nos interesa. Porque si por lo que sea uno de los que han sonado para el Madrid acaba en el Chelsea no se puede acabar con la ilusión del regreso de Florentino, hay que mantenerla porque eso significa mayores audiencias y poder remontar el vuelo en cuanto a los ingresos publicitarios, en caída libre en este 2009. Contrariamente a lo que todos piensan, la Prensa deportiva es más seguida en los meses estivales que durante los de competición: teles, radios, periódicos e Internet. Todos venden más en verano Porque la gente se engancha a los rumores y arranca la temporada lleno de sueños triunfantes, quiere caras nuevas, ilusión a patadas. Y luego la realidad (las derrotas, vaya) les va alejando de consumir este tipo de Prensa y los consumidores bajan.

Abramovich no es el Eje del Mal. Es un tipo muchiforrado que quiere que su Chelsea gane por fin la Champions y que sabe que la columna vertebral de su primer proyecto ya está en la treintena Y que hay que fichar otra vez. Y se va a tropezar con Florentino. Pero lo importante es crear polémica, seguir vendiendo, que vayas al kiosco y te gastes el eurito o te leas el periódico en el bar, que eso también cuenta para facturar publicitariamente. Así que mejor camuflar cualquier posible traspié de mercado del Madrid para que la llama de la ilusión siga encendida hasta el 31 de agosto.

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