miércoles, 3 de junio de 2009

Kaká, Ancelotti y el Erasmus


Al final, como todos los días, será imposible que me pueda acostar antes de las dos de la mañana, para variar. Así que hago un off-topic para plasmar lo que Carlo Ancelotti dice de Kaká en su autobiografía, recién publicada en Italia, Preferisco la Coppa. Vite, partite e miracoli di un normale fuoriclasse. No dejéis de pegarle un vistazo.

"Me habían hablado de un chavalín en Brasil, muy bueno, pero al cual no conocía: Ricardo Izecson dos Santos Leite. Por su nombre parecía más bien un predicador, y no andaba desencaminado. Portaba la palabra del fútbol y de la fe, escúchale y serás feliz. El club no sabía si hacerle venir inmediatamente a Milanello o dejarle seis meses más en el Sao Paulo. Tras pensarlo un poco, decidimos acortar los tiempos y que llegara lo antes posible para que empezara a entrenarse con nosotros. Y para que yo supiera quién era. Desde mi punto de vista se trataba de un fichaje a ciegas, lleno de buenas palabras y otras tantas esperanzas. Vale, pero necesitaba hechos. Kaká llegó a Malpensa y me llevé las manos a la cabeza: gafas, repeinado, cara de buen tío, sólo le faltaba una tartera con la merienda y un libro. Habíamos fichado a un estudiante universitario. Bienvenido al proyecto Erasmus, no estaría mal si además supiera jugar al fútbol".

"Con el balón entre los pies era monstruoso. Dejé de hablar, simplemente porque no me salían las palabras. No existían para definir lo que estaba viendo. El testigo de Jehová era en realidad un tío que hablaba con el Señor, como descubrimos más tarde. Y en una de nuestras conversaciones creo que incluso hablamos de fútbol. (...) En una de sus primeras acciones en un entrenamiento, se midió a Gattuso, quien le dio un empujón terrorífico. Kaká no perdió el balón y Rino acompañó la acción con un clarificador "A tomar por culo", bajo su punto de vista eso era promocionar al nuevo compañero. Quien aún en posesión del balón lanzó a puerta desde treinta metros ante un Nesta que no fue capaz de pararle. (...) A ese chaval le quitamos las gafas y le pusimos un uniforme de futbolista y se conviertió en lo que ninguno esperábamos, en un crack".

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