Vamos allá con la entrada de hoy, la que os prometí en la anterior. De cara a las próximas elecciones a la presidencia la cosa está muy movidita, más que nunca. En algo así como un mes más o menos Florentino anunciará oficialmente que se presenta (en principio no iba a hacerlo hasta después de Semana Santa pero su equipo parece que ha logrado que cambie de opinión) y ahora mismo su grupo está tratando de atar todos los cabos para que la directiva del ex presidente sea de tronío.
Por ello, Florentino está tratando de hacer una candidatura de consenso y para ello ha iniciado los primeros contactos para formalizarla, recogiendo el guante que lanzara Villalonga no hace demasiado tiempo. Así las cosas, uno de los peces gordos de la candidatura del Tito no formará parte de la candidatura. Esta persona, peso pesado de la comunicación en España (no voy a desvelar su nombre) ya ha avisado a Florentino de que él apoya su candidatura pero que su puesto en la directiva quiere que sea ocupado... por un actual integrante de la actual Junta, alguien de quien todo el mundo habla bien dentro del club y que ha permanecido siempre en la sombra durante todo este tiempo. Sinceramente, y como le conozco bien al igual que su trabajo dentro del club, me alegro mucho por él, se lo merece.
Mientras, Florentino también está negociando la posible inclusión de Plataforma Blanca dentro de su candidatura. Aunque Eugenio Martínez Bravo es un tío que tiene muy claro que quiere presentarse en solitario, casi todo el mundo (muchos de ellos dentro de su propio grupo) duda de que pueda presentar el aval necesario para concurrir a las elecciones. Su grupo, una amalgama anticalderoniana (el nexo común) que aglutina a todas las facciones del madridismo (florentinistas, villalongistas, villarmiristas...), no lo tiene tan claro y hay personas que están mediando para que acepte la propuesta de Florentino. Muchos lo ven con buenos ojos porque consideran que así Eugenio adquiriría la suficiente experiencia en la gestión del club para posteriormente poder dar el salto en solitario. De momento, el grupo de Florentino le ha ofrecido a Martínez Bravo ser vocal de su directiva, pero éste rechaza aaceptar la propuesta. En su grupo creen que para alcanzar un acuerdo debería serle ofrecida una vicepresidencia.
Curiosamente, el mayor impedimento, dado que la amistad con Florentino y Villar-Mir no parece obstáculo para que formalicen un acuerdo (ya se han tanteado en este sentido) y que el resto de candidatables parece que se acabarán borrando ante su casi segura derrota en las urnas (Palacios, Onieva, Juan Mendoza, etc), es precisamente el de Villalonga, porque nadie cree que vaya a aceptar ser segundo de alguien dentro del club y todo pasaría porque fuera presidente. ¿Y entonces, sería Florentino vicepresidente? Una quimera. Pero hay negociaciones.
Y como epílogo, mañana quiero hacer la entrada sobre Moisés Israel, el abogado al que los hilos mediáticos de su hermano Elías (ex director de Marca, ahora director de Sportyou.es) le van llevando de medio en medio como un presunto salvador del madridismo.
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