miércoles, 25 de febrero de 2009

El vasallo, de rodillas


"Rafa Benítez es sólo un camarero gordo español", reza la leyenda sobre estas líneas. Un grito que se puso de moda en Inglaterra entre los antiliverpoolianos, que son legión, cuando el técnico aterrizó en Anfield. Cuando andaba por AS, el grito era motivo de cachondeo entre varios, sobre todo con Enrique Marín, hoy en Público, un defensor a ultranza de Rafa. Yo, sinceramente, nunca me he llevado bien con él (los lectores de la antigua Espinillera lo sabréis), más que nada por nunca haber tenido los telemendengues de decirme a la cara lo que decía a mis espaldas. Por lo visto nunca le gustaron las crónicas que hacía del Liverpool y de su racanería y eso era motivo suficiente para ponerme a parir delante de otros compañeros en entrevistas personales.

Por eso, la motivación para tumbarnos en esta eliminatoria es en mí máxima, y sé que el Bernabéu, hoy es Copa de Europa, no fallará. El Pool me cae realmente mal desde tiempos inmemoriales, su entrenador se me atraganta, sus aficionados me parecen cafres como otros cualquiera pero con acento scouser y encima está el delantero más sobrevalorado de Barrio Sésamo, el Niño Torres. No voy a ser tan lenguaraz como Boluda y decir que les vamos a chorrear, pero que se den por muertos: cuando el rey de Europa quiere algo a sus vasallos sólo les queda arrodillarse.

Además, me queda pediros disculpas por haberos dejado sin entradas en el blog estos últimos días: tengo una semanita infernal (y lo que te rondaré, morena), de trabajo hasta arriba, pero mañana y pasado no fallaré y os contaré tanto lo que sucedió en la Comisión de Disciplina Social del lunes como la famosa reunión del Intercontinental. Y alguna cosilla más que saldrá a la luz esta noche, en cierta cena a la que tengo que acudir tras el fútbol.

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