Sí, soy gutista, siempre lo he sido y siempre lo seré. Junto con Zidane, Milan Jankovic y Martín Vázquez conforma el póquer de jugadores con más clase que he visto vestidos de blanco en el Bernabéu. Pero como maripili, con el plus de haber sido criado en la cantera del club desde que era un enano que no levantaba una cuarta del suelo. Por lo visto, eso ahora es un pecado: el canterano más veterano en el primer equipo está en el punto de mira.
Me reconforta saber, además, que el 73% de los que han votado en una encuesta de as.com quieren verle fuera del equipo. Yo no. Guti es, junto con el Madrid de la Quinta, el único que me ha hecho chuparme una temporada completa del Castilla. Igual que al Madrid C sólo me ha obligado a ir a verle Granero.
El detonante de la situación, la gota que parece que ha colmado el vaso, es que el otro día se negó a salir a calentar en Málaga, faltando cinco minutos para el final del partido y sabiendo que no iba a salir. A mí, sinceramente, su gesto me pareció de lo más elegante. Si hubiera sido yo, lo normal es que me hubiera ido a por Juande y le hubiera dicho que calentara su abuela, como poco. Él no lo lo hizo: se plantó y se quedó sentado tan ricamente. Por mi, olé. El entrenador tendrá mando en plaza, pero con los sentimientos no se juega y Guti es mucho más blanco que el manchego. Muchísimo más. Infinitamente más. Y ha demostrado que mucho menos arrastrado que el que dice que entrena.
Mucha gente no tiene ni idea de lo que representa Guti en el vestuario, más allá de lo que le guste o disguste su juego. Él es el único valedor de la cantera que queda en el primer equipo, el único que se preocupa por los que suben, el único que transmite los valores del club a los recién aterrizados. Otros con más nombre y a los que venden como si tuvieran más peso no hacen absolutamente nada en este sentido.
Juande por lo visto prefiere jugadores dóciles y sumisos: que les digan "al banquillo" y se queden ahí tan ricamente. Que les digan "salta por ese balcón" y ni se pregunten el por qué, sólo se lancen. Pero Guti tiene carácter. Y jamás le reprocharé que se pase por el forro el castigo público al que le quería someter su entrenador, que para fusilar al amanecer a los representados por su agente no tiene huevos. Ni siquiera yemas.
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