miércoles, 13 de mayo de 2009

El dichoso estilo


"El dolor es pasajero, la Gloria es para siempre". Ése es el lema que inunda las sedes sociales de las peñas madridistas en Cataluña. Bueno, de las entregadas, otras prefieren 'engordar'. Y ahora, en el tan cacareado debate sobre el estilo (sea lo que sea eso), conviene recordar los éxitos de este equipo para encontrar lo que hemos perdido por el camino y lo que nos ha llevado a este momentáneo estado comatoso.

El estilo, decía. Pero, ¿qué es eso? ¿Es una forma de dirigir todo el club? ¿Es sólo la disposición táctica que queremos para los equipos de fútbol? ¿Qué leches es es eso del estilo? Abro el debate y os consulto a vosotros. Como (casi) siempre seré el primero en dar mi opinión, aunque a alguno especialmente le repatée que diga cosas. Tal vez por eso lo voy a seguir haciendo durante mucho más tiempo.

Particularmente, parto de la base de que el estilo lo es todo. Desde la estructura interna de la parte jerárquica del club hasta el método de trabajo de los utilleros. El Madrid, paulatinamente, ha ido perdiendo buena parte de lo que significaba en el ámbito social y deportivo para dejarse cegar por asuntos mundanos que no dudo de que sean importantes, pero que han provocado una deriva que nos ha llevado a donde nos encontramos ahora.

Lo dije ayer y lo reitero. Pese a la Sentencia Bosman (no ley), la apertura de fronteras, la UE y demás gaitas en vinagre, en este club han jugado tradicionalmente deportistas que idolatraban a la entidad, que sabían del significado de este club y que lo que ansiaban era jugar aquí. Muchos, muchísimos de ellos, preferían venir al Bernabéu con salarios inferiores a los que podrían ganar en otros lados simplemente por la luz cegadora que emanaba de Concha Espina, 1.

Ahora... ¿Ahora cuántos integrantes de la plantilla pueden considerarse madridistas? ¿Cuántos aceptarían una rebaja de su salario? ¿Cuántos han visitado el Tour del Bernabéu? ¿Cuántos sabrían decir quién fue Raimundo Saporta? Tal vez parte de nuestros problemas empiecen precisamente por ahí...

Pero seguimos encebollados en fichar a los grandes vengan de donde vengan y pagándoles lo que haga falta, precisamente lo que históricamente han hecho los que nos perseguían y nunca nos alcanzaban. Da igual que sean majos o cabrones con pintas, que sepan situar Madrid en un mapa o no. Hay que pagarles seis millones de euros como poco y hala, a remar.

Pongamos que es lo que hay que seguir haciendo, fichando a todo lo que se mueva. ¿Tanto le costaría al club ponerle una persona encima durante dos meses que la ilustre en madridismo? ¿Tanto le cuesta al club hacer una especie de compendio histórico de lo que es este club, que refleje todas las peculiaridades de la entidad, en varios idiomas para entregar a sus nuevos jugadores para que así se empapen desde el principio en una cultura?

Santiago Bernabéu lo tenía claro: un jugador que rechazaba una sola vez un acercamiento madridista quedaba tachado para los restos. Aquí, no. Cristiano Ronaldo, que se ha hartado de decir que su sueño es jugar en el Madrid todavia provoca recelos en parte de la afición, mientras otros llevan toreándonos años y siguen siendo sueños húmedos. Lo mismo pasa con los entrenadores. Wenger nos ha rechazado ni sé ya cuántas veces, mientras otros, como Mourinho, llevan al menos tres temporadas como locos por aterrizar aquí y ya no saben qué hacer para que les tengan en cuenta.

Estilo... A mi juicio sólo se puede crecer si se establecen unas líneas sólidas de actuación, da igual que sea un 4-4-2 que un 3-5-1-1. Hay que fichar a un entrenador moderno, relativamente joven (no más de 50 años ni a tiros), que sea eminentemente ganador y dejarle carta blanca para que edifique su proyecto con tranquilidad pero dejando claro que este club es impaciente, porque es ganador. Tranquilidad para ir sembrando en la cantera su propuesta en el primer equipo de manera paulatina, pero exigencia máxima desde el primer minuto con los profesionales. Es tranquilidad, además, le permitirá ir fortaleciendo de talento la cantera.

Sí, Mourinho no tiene el nombre de Wenger en este aspecto, pero cuando estaba en el Chelsea y no le habían colado a Arnesen por delante, se llevó a Londres a Cech (con 21 años), Robben (20), Alex (20), Rajkovic (16), Lass (20 años), Essien (22), Ben Sahar (16), Kalou (20), Obi Mikel (19), Scott Sinclair (17), Mancienne (18)... ¿Es eso mal ojo?

Y por supuesto sin descuidar el elemento diferenciador del fútbol de hoy en día, que no es otro que la preparación física, vital fijarnos de una vez en este aspecto y darle la importancia que merece de una vez por todas. Cualquier equipo puntero de Europa tiene en su departamento médico a un pelotón de especialistas forjados en otras disciplinas deportivas del más alto nivel. Nosotros tenemos a Di Salvo y sus maravillosos cacharros. El Chelsea fichó para su departamento de preparación física a los entrenadores de Kathy Holmes tras los JJ OO de Atenas. El Lyon, a los médicos del Festina... Menos maquinitas y más profesionales curtidos en esto.

El ejemplo es, como siempre, el de Santiago Bernabéu, quien levantó un club de la nada tras la Guerra Civil y cuando todas las ayudas oficiales eran destinadas al equipo del ejército. Él fue quién se recorrió Madrid en tranvía reuniendo a personas para rehacer el club; él fue quien mandó a freír gárgaras al franquismo en numerosas ocasiones demostrando que la entidad que él presidía era políticamente independiente. Él fue el que consiguió edificar un estadio en las afueras de Madrid mientras las puertas de todos los bancos estaban cerradas. Él fue, en definitiva, el que marcó el camino. El de la Gloria. En fin, yo ya he dado mi opinión. Ahora, que cada uno exprese la suya.

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