Bueno, pues Calderón ya es historia y habrá que ver qué pasa el domingo con Boluda, cómo le recibe el socio y si las elecciones son finalmente este verano, antes o después.
Pese al alegato anónimo de la entrada anterior, repito que me alegro de que Calderón deje la nave, y profundamente además, aunque no soy capaz de discernir cuándo sería mejor convocar elecciones: si inmediatamente (con el perjuicio deportivo que eso provocaría), si en verano (¡seis meses de mercado persa en los periódicos!) o cuando se agote el mandato (y soportar a esta Junta añito y medio más, nada menos).
Tengo que reconocer, además, que ver a Calderón llorar me ha hecho sentir compasión de él: repito, un tío al que no voté, al que no quería en la presidencia y al que nunca hubiera votado. Ha sido como un final de culebrón venezolano, la lágrima fácil. Ahora veréis, ya se ha empezado a ver hoy, cómo para los que tiraron de la manta Boluda es un genio, un crack, un supermán valenciano vestido de corbata y él, por supuesto, no sabía nada de nada del amaño asambleario. Lo dije y lo mantengo: intereses, intereses.
Y mañana, Rafa, haré esa entrada prometida. Y te mandaré el link al reportaje en The Sun si doy con él en la red. Por cierto, no es sobre el Madrid, qué le vamos a hacer, anónimo.
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