miércoles, 14 de enero de 2009

Intereses y el voto de censura


Bueno, pues la tormenta desatada por Marca continúa en pleno apogeo, aprovechada además por ciertos sectores periodísticos contrarios a Calderón para masacrar al Madrid. Más allá de la denuncia, gravísima si se prueba que es cierta, sí hay ciertas preguntas que no conviene olvidar para situarse. Quien tenga respuestas, que no se corte en escribirlas en los comentarios.

¿Por qué el que ahora se vote con cartulina y no en urna es una desfachatez democrática, si siempre ha sido así excepto en una ocasión (por cierto, con Calderón por el medio y pidiendo urnas)? ¿Por qué la presencia de Ochaíta en la sala provocó tanto revuelo si los Ultras van casi siempre a las Asambleas y siempre (repito, siempre) para remar a favor del que es presidente? Y sobre todo y más importante: ¿de dónde ha conseguido Marca los datos personales de los individuos presuntamente colados en la Asamblea? Porque tienen sus números de socio, las ubicaciones de sus abonos...

¿Tendrá algo que ver un ex directivo miembro de Unidad Editorial en ello? ¿Habrá salido del club con listados de socios, como ya sospechaba ayer? ¿Habrán cometido el diario o el ex directivo un delito al saltarse a la torera la Ley Orgánica de Protección de Datos? Yo, desde luego, lo tendría claro si fuera socio y hoy estuviera en la portada de Marca: les metía una denuncia de tres pares de narices por facilitar públicamente información personal sin mi autorización. Me haya colado Calderón o no.

Hay más preguntas que me hago, claro, y aunque deseo con todas mis ganas que el mandato calderoniano toque a su fin cuanto antes tampoco conviene olvidarse de las circunstancias que rodean a todo este circo.

Para acabar, lo prometido de la moción de censura. Los Estatutos del club son claros al respecto: para solicitar una Asamblea Extraordinaria sobre esa posible moción son necesarios el 10 por ciento de las 2.130 personas que componen dicha Asamblea. Hasta ahí es sencillo, 213 peticiones las recoge hasta Villalonga si es menester. Pero luego lo viene lo chungo.

El artículo 33 de los Estatutos en vigor señala que para que prospere una moción de censura, y cito textualmente, "será necesaria la aprobación de la mayoría de los miembros de derecho de la Asamblea General". Es decir, 1.066 votos. Pero 1.066 votos acuda a la convocatoria el número de compromisarios que acuda. Es decir, si a esa Asamblea Extraordinaria se presentan 800 compromisarios, no se puede celebrar. Tienen que acudir al menos esos 1.066 para que se abra la sesión. Y para que prospere, deberían votar todos que sí.

Recuerdo que a esta última Asamblea acudieron entre 1.200 y 1.300 compromisarios (e infiltrados, parece) en lo que fue el récord histórico de asistencia. Es prácticamente imposible, a menos que Calderón exija a los suyos votar a favor de la moción, que prospere. Así que el del pelo blanco tiene la estrategia bien clarita: si hay indicios de delito sobre la última Asamblea se cargará a Bárcenas, el de los 600.000 euros anuales; si lo de la Champions-chapuza acaba mal, como va a acabar, Mijatovic y/o Bucero irán a la calle con algún responsable jurídico del club... Y a aguantar hasta junio el chaparrón agarrado como sea frente a las olas. Y cuando pase junio, nadie querrá ya que se anticipen y todo el mundo esperará al verano de 2010.

www.soymadridista.com

La cuestión es saber si Calderón podrá soportar el oleaje, claro...