sábado, 14 de marzo de 2009

Contentos, sí, pero sin invasión


2-5 ante los Leoponcios, no está mal, sobre todo porque no hemos dado mala imagen tras el varapalo de Liverpool, que era lo más importante. En líneas generales, y exceptuando al del brazalete, al que apenas se ha visto, bien todos, no le pongo peros a nadie. Eso sí, me ha quedado mal sabor de boca: con lo contentos que parecían los aficionados del Athletic con la manita, cantando, brincando y con la bufanda al aire, y al final del partido no han invadido el campo, como pasó ante el Sevilla. A lo mejor es que no estaban tan felices... Los Leoncios y los Tristones.

No me quejo del planteamiento de Caparrós, un entrenador que saca petróleo de plantillas limitadísimas. Tras la cornada de tres trayectorias con la que llegaba su rival, tocado anímicamente y con el desgaste del partido y el malestar de sus aficionados, lo normal era plantear un partido durísimo, de gamba dura que dicen los italianos. Y así ha sido. Y pese a todo me ha gustado una cosa que intentó desde el principio, aunque le salió rana: cada vez que un tío del Madrid hacía una falta, sacaban rápido e insistían en acometer al mismo futbolista para intentar forzarle la amarilla y meter a su público en el partido, aunque a base de quejas.

Una cosa ha quedado clara hoy: en este tipo de partidos, Heinze se desenvuelve como pez en el agua. Más allá de su gol en la portería buena y del otro en la mala, al argentino le va la marcha y se crece cuando el indicador anuncia de DEFCON2 en adelante. Sabe repartir sin que le vean, sabe pegar y marcharse para que no le cacen, sabe desquiciar a los rivales y, encima, yo si fuera jugador no me cruzaría por su zona ni jarto vino: su cara da, sinceramente, miedo.

Y no quiero incidir más en ello porque es absurdo, pero muy bien Huntelaar, que está para lo que tiene que estar un nueve. Si hasta Valdano se rinde a él es que el tío no debe ser malo, ¿no? En fin, que la Liga todavía sigue siendo un sueño posible. Y mañana la culerada aterriza en Almería con el mayor provocador de diarreas del mundo a tres puntos. No sé si los de Hugo nos echarán una mano o no, pero si lo hace espero que el mejor nueve que han visto estos ojitos desde que lleva viendo fútbol se acomode la masculinidad mirando fíjamente a la cámara. ¡Hugo, Hugo!

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