sábado, 21 de marzo de 2009

Pepe y los 30 millones


Pepe y Robben llegaron al Real Madrid en el verano de 2007, el primero en julio y el segundo, en agosto. El central costó 30 millones y el extremo, 36. El luso fue una sorpresa (y cara, al menos en eso estábamos todos de acuerdo cuando le trajeron) y el segundo, la única promesa electoral que Calderón pudo cumplir. Pero, ¿hay algo más por debajo de esas operaciones? Es sólo un runrún, algo que periodistas portugueses e ingleses manejan sotto voce y algo que los implicados evitan a toda costa. Pero, ¿cómo es ese runrún?

Todo comienza en el verano de 2004. Mourinho aterriza en el Chelsea con la Copa de Europa conquistada en el Oporto bajo el brazo y le pide a Abramovich el fichaje de dos de sus pesos pesados en los Dragoes: Paulo Ferreira y Carvalho. Ambos llegan a Stamford Bridge por 50 millones de euros, en una operación que debía abonarse en tres plazos anuales de 16,6 millones de euros cada uno.

Pasan dos temporadas y el Chelsea hace efectivos los dos primeros pagos por ambos jugadores, pero... Pero un tal Ramón Calderón, presidente del Real Madrid, había prometido el fichaje de Arjen Robben para el club blanco y estaba dando la barrila al club londinense con él a cada instante. Como cabeza pensante de la operación (no de esa sólo, de muchas) estaba el agente Jorge Mendes, con mano en el Oporto, con mano en el Chelsea y con una estupenda relación con el Madrid durante todo este periodo. Y además, representante de Carvalho y Paulo Ferreira. Y de un tal Pepe...

Y comienza a fraguarse la operación. En la primavera de 2007, Benítez descarta el fichaje de Pepe para el Liverpool por 13 millones (con notas oficiales de los clubes por esa cantidad) por sus dudas con las repetidas lesiones musculares del central. 13 millones. Y de repente, aparece el Madrid como un elefante en una cacharrería y abona 30 kilos por él, y apenas un mes después cierra el fichaje de Robben por 36. ¿Pero cómo?

Según esas malas lenguas, la realidad es que Pepe costó 13,5 millones de euros y Robben, 52, lo que le colocaría como el tercer fichaje más caro de la historia del Real Madrid. ¿Y por qué? Pues porque el Madrid abonó al Oporto, enmascarado dentro de la operación por el central, el último pago de la deuda que el Chelsea mantenía con el equipo luso por Carvalho y Ferreira como parte de la contratación de Robben, una operación que se cerraría pocas semanas después.

¿Billar a tres bandas? Conociendo como conozco a Jorge Mendes; conociendo como conozco a Calderón y al pavor que tenía si no traía a Robben ese verano ante la imposibilidad de fichar a Kaká y Cesc; conociendo como conozco a gente del club que sabía que si se fichaba al holandés por tropecientos millones iban a decir aquello de "por tener la boca tan larga fíjate lo que hemos tenido que pagar por él..."... Pues por todo eso, a mí siempre me ha cuadrado la historia. Eso sí, sea verdad o mentira, jamás lo sabremos.

www.soymadridista.com